Lejos de ser algo pasajero, y ante la posibilidad de que sigan produciéndose nuevos brotes de la epidemia global, muchas organizaciones han decidido modificar su forma de trabajar y de consumir tecnología de cara al futuro. Para ello se han centrado en la resiliencia empresarial y en formas de garantizar la continuidad del negocio ante posibles crisis como la que estamos viviendo actualmente.